Pensar y Refundar la UASD, más allá
de cualquier proceso electoral, constituye la consigna orientadora de los que
realmente quieren cambios al interior de la Primada de América. ¿Cómo cambiar
la universidad sino la pensamos? ¿Cómo insertarnos en la sociedad del
conocimiento al margen de una reflexión crítica y creadora en torno a los
saberes que se mueven en el mundo? ¿Cómo estar atentos y vigilantes a los
movimientos económicos, políticos y culturales que se suscitan en esta era
planetaria, sin un pensar que permita comprender y reflexionar en torno a la
diversidad de manifestaciones de lo humano?
Pensar y refundar la UASD es una luz
en el camino que hay que recorrer para liberar y despedir las impertinencias y
obsolescencias acumuladas en las últimas décadas. Es flecha orientadora de un
discurso que permite entender la universidad y orientar la praxis transformadora
de su vida interior. Tenemos que reinventarnos, repensarnos y refundarnos.
Pensar y reorientar la praxis
transformadora es propio de este mundo: se hace necesario cuando las sociedades
experimentan cambios significativos en su desarrollo material y espiritual, que
terminan por trastocar el orden existente, el mundo de ideas, valores y
creencias, en fin, la vida toda.
Hay que repensar (que es un pensar)
la Universidad Autónoma de Santo Domingo, si queremos ponerla a la altura de
los tiempos, insertarla creadoramente en el mundo en que vivimos, recuperar el
espacio perdido, colocarla en la agenda nacional, transparentar su vida
interior y eficientizar los procesos académicos e institucionales, que como
parte de la visión, misión y valores le dan razón de ser.
Es pensando la Universidad y
convirtiéndola en objeto de estudio y reflexión, que podemos hacernos las
preguntas siguientes: ¿cuáles son las obsolescencias principales que la
afectan? ¿Cómo superarlas? ¿Qué cosas del pasado hay que preservar para
relanzarla en el presente? ¿Cuál es el estado de los saberes en la UASD? ¿Cómo
están las relaciones profesor-estudiante? En fin, ¿de dónde venimos? ¿Dónde
estamos? ¿Hacia dónde vamos?
Se ha hablado mucho del carácter
reflexivo de la modernidad, pero se ha pensado muy poco en torno a lo que ello
implica para el mundo moderno tardío en que vivimos. Descartes, pensador
francés, es el fundador de la modernidad filosófica, y elaboró una fórmula,
que, para mí, conserva toda su vigencia: “pienso, luego existo”, cuyo
significado, supone, que, si algo quiere existir o validarse, modernamente
hablando, tiene que ser pensado.
Pensar es actuar, no es diluirse en
la intimidad consigo mismo. Es la voluntad reflexiva de un sujeto que piensa la
realidad para cambiarla. Nuestro pensar tiene que conducir a la refundación de
la UASD, que es un proceso mediante el cual se revisa, y da nueva vida a todo el
quehacer institucional de la Academia. Las impertinencias son teóricas y
prácticas, y están atravesadas transversalmente por la ética de los sujetos
responsables de las acciones. Se asume que nadie es ingenuo y todos somos
responsables de lo que pasa y no pasa en la UASD. Naturalmente, la
responsabilidad mayor es de los dirigentes.
Repensar es pensar de nuevo;
refundar, es fundar nueva vez, en
circunstancias diferentes, con ideas, valores y hombres y mujeres distintos,
que, convertidos en sujetos sociales y morales, asumen la responsabilidad
histórica por sus acciones, y por los cambios a realizar.
Decía José Martí en su obra titulada,
La edad de oro, que el gran mérito de
Simón Bolívar fue que no se cansó de luchar por su patria, cuando hacía mucho
tiempo que Venezuela se había rendido al dominio colonial de España, de ahí
concluyo que el futuro, socialmente hablando, es una construcción humana, que
solo alcanzan los que no se rinden.
Pensar y refundar la UASD, es nuestra
consigna orientadora, para que ondee por lo alto la bandera del cambio, y se desbroce
el camino grande de la Universidad del
porvenir, la que queremos y necesitamos de cara a este siglo XXI.
El autor es ex director de la Escuela
de Filosofía y ex decano de la Facultad de Humanidades.
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