La normas y su aplicabilidad

Ética normativa y ética aplicada

La ética normativa es una parte de la ética que busca formular principios o normas generales que sirvan de espejo, modelo o arquetipo a la acción práctica del hombre en sociedad. Según Kant, y lo dice en la Metafísica de las costumbres, hay  un mandato ético universal que nos impulsa a obrar bien, siempre,  por deber, sin importar los vaivenes y circunstancias  prácticas de la vida. 

El imperativo categórico: “obra de tal modo que la máxima de tu acción pueda convertirse en una ley universal”, es de carácter a priori (al margen de la experiencia), exige siempre que el sujeto de la acción lo observe en todo caso, independientemente de las consecuencias de su aplicación. Estas ideas encuadran dentro de las teorías deontológicas, que sostienen que nuestro quehacer moral debe regirse por normas universales sin importar la experiencia de vida con que me encuentre a cada paso.

La ética aplicada, como su nombre lo dice sería utilizar las teorías éticas a la reflexión y el tratamiento de múltiples casos concretos y complejos que surgen al interior de las sociedades modernas actuales. Uno de los acontecimientos intelectuales de nuestros tiempos es el desarrollo de la bioética que estudia las “cuestiones relacionadas con el avance de la biología y la medicina, como el aborto inducido, la eutanasia y la donación de órganos”. Las interrogantes al respecto son infinitas: ¿Debe permitirse o regularse el aborto? ¿Debe practicarse la eutanasia en la República Dominicana? ¿Debe permitirse la donación de órganos? Dar respuestas a estas preguntas supone un debate ético y de visión del mundo y de la vida, porque el ser humano es complejo en su abordaje y comprensión, y tiene ideas, valores y creencias a la hora de ejecutar las acciones.

También, se ha desarrollado mucho la ética ambiental como respuesta al deterioro del medio ambiente, en virtud de una relación impertinente entre el ser humano y la naturaleza. ¿Está la humanidad en el deber de preservar la naturaleza? Decía José Martí “no hemos heredado la tierra de nuestros padres, sino que se la hemos tomado prestada a nuestros hijos”. Esta idea del apóstol de la independencia cubana tiene un mensaje profundo, porque si heredé la tierra, en tanto que propiedad personal, machete con ella, y no me importará, quién venga detrás; pero, si habito la en calidad de préstamo, estoy en el deber de preservarla, para devolverla sana y habitable,  a sus legítimos dueños, las generaciones del futuro. 

La ética se aplica a los ámbitos sociales, políticos y económicos, porque en realidad la vida humana tiene un fundamento ético, lo cual supone que soy un ser libre, responsable, y que cuando actúo, dicha acción lleva en sí una intención y una finalidad que quiero alcanzar.  En la República Dominicana, para referirme a lo social y  político, como parte de un nuevo despertar de la juventud dominicana, se escenificaron  grandes protestas en la Plaza de la Bandera, reclamando transparencia en el ejercicio de la práctica política y en el manejo de los bienes públicos. Exigían un cambio de actitud del Gobierno y mayor oportunidad para los jóvenes. 

En el país existe un fuerte movimiento ecologista, que guiado por ideas éticas, reclama una convivencia amigable entre humanos y naturaleza. Dicho movimiento reclama la preservación de las áreas verdes, el cuidado de los Parques Nacionales y la creación de otros nuevos; también agregan: la preservación de los ríos, manglares, humedales y aguas subterráneas.

A lo anterior se agrega el tema de género, asunto que ya se ha convertido en movimiento social y ético, que reclama más espacio social y político para la mujer, así como un ambiente de respeto e igualdad plena  que le permitan crecer y cualificarse, hasta alcanzar  la categoría social de mujer completa, en el sentido hostosiano del término, cuando el maestro de América (Eugenio María de Hostos), hablaba del “hombre completo”, es decir, un humano que es sujeto social y moral, inserto en la plenitud de su vida material y abierto a todos los efluvios del pensamiento creador.

Ética profesional y transversalidad

La ética profesional, también llamada deontología profesional, se ocupa de los deberes específicos que deben observar los profesionales en el ejercicio pleno de su profesión. Cualquier falta, no conlleva pena, pero trae consigo el descrédito moral y profesional. 

¿Qué es un profesional? De manera simple, es una persona que ejerce una profesión. ¿Qué es una profesión? Es la actividad habitual de una persona, para cuyo ejercicio se ha preparado, y que en el mundo moderno, por ejercerla se recibe una remuneración o salario.

Hay decenas de profesiones  ejercidas por miles de profesionales, y este ejercicio supone, a su vez, un comportamiento moral, de ahí que la ética profesional, sea transversal a todas las profesiones. Una práctica común es que los profesionales se organicen en asociaciones, colegios y academias, elaborando estatutos y códigos éticos, reguladores de su vida  profesional. 

La dimensión transversal de ética, surgió como respuesta a la pregunta, ¿Cómo educar éticamente a los presentes y futuros profesionales? Sin duda, cada profesión a la hora de ser ejercida tiene su especificidad, y los problemas éticos que se plantean lo reflejan.

En este sentido, en el texto Ética para periodistas, se dice lo siguiente: “El periodismo no es una excepción. Por su dimensión social...debe ser la punta de lanza de la reconstrucción moral. Y sin duda, la complejidad del ejercicio profesional explica la necesidad de una ética especializada, derivada de su deber fundamental de procurar el bien común, de proporcionarle a la comunidad los elementos para estar bien informada” (Maria Teresa Herrán y Otros, p. 2.). Como el periodismo es una actividad que se realiza en el espacio social, los autores piensan que el ejercicio de un periodismo transparente, dirigido a decir la verdad, contribuye al rescate moral de la sociedad. También justifican la necesidad de una “ética especializada”, en virtud de la especificidad de su quehacer.

Los profesionales se orientan por los valores morales, y por las normas éticas correspondientes. Ahora bien,  cuando ingresan a las entidades representativas, aparecen los códigos orientadores de la vida ética de las asociaciones, colegios y academias, espacios sociales y gremiales, donde realizan su vida profesional. 

¿Qué son los códigos de ética? Son sistemas normativos que especifican las responsabilidades y obligaciones de los profesionales correspondientes. Se supone que surgen de la necesidad de legislar en torno al quehacer específico de un grupo de profesionales, llámese médicos, ingenieros, abogados, profesores, etc.

Lineamientos generales de los códigos de ética: Respeto a la dignidad de las personas, competencia, compromiso social, integridad y responsabilidad social. Los códigos de ética están llamados a generar confianza, resolver conflictos internos, mantener y potenciar la credibilidad social.