Filósofos apoyan a Rafael Morla


  • Los profesores de la Escuela de Filosofía, a propósito del certamen electoral interno que se llevará a cabo el próximo 15 de febrero, se honran en declarar públicamente su respaldo entusiasta y decidido a la candidatura del PROF. RAFAEL MORLA, para regir los destinos de la Facultad de Humanidades durante el trienio 2011-2014.
    La Universidad Autónoma de Santo Domingo está colocada en una situación de reiterado cuestionamiento, tanto a nivel interno como externo. Nunca como ahora en la UASD se requiere escoger, para su conducción, al liderazgo más ecuánime, mejor preparado, más ético y de consagración exclusiva a la institución.
    Lo afirmado anteriormente con respecto a la UASD, cobra para la Facultad de Humanidades una dimensión peculiar, debido a que fue la única que vio desprenderse de su seno varias facultades, como son la Facultad de Artes y la Facultad de Ciencias de la Educación, respectivamente. Lo anterior nos coloca en la necesidad de reorientarnos y refundarnos, lo cual conlleva mucha imaginación, tacto, y una gran capacidad e inventiva, pues se trata del relanzamiento del proyecto humanístico y del renacer de las Humanidades, en el contexto de la sociedad del conocimiento, y en unas circunstancias en que la sociedad dominicana reclama a los cuatro vientos el fortalecimiento de sus instituciones y la transparencia de su vida económica, política, social, cultural y académica. El reclamo social es claro: nos cualificamos y transparentamos, o irremisiblemente perecemos.
    Colocado por el voto mayoritario de los humanistas a la cabeza de la Facultad, al Prof. Rafael Morla se le presentó una circunstancia especial durante su gestión 2008-2011: el estado de suspenso en que se mantuvo a lo largo del proceso en que la Escuela de Pedagogía daría el salto a Facultad (en ese interregno nadie sabía, a ciencia cierta a qué atenerse, reinando un continuo estado de expectación); lo mismo sucedió con la planta física, la cual será remodelada por el Gobierno Dominicano a partir de marzo del 2011.
    Hecha esta salvedad, debemos ponderar -aun sea brevemente-, cuestiones que nos mueven a justificada preocupación, pues al participar del proceso electoral presente, debemos pensar en el qué y por qué, pero también en el para qué de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.
    -CLARIDAD VISIONAL. Se transita a ciegas cuando se carece de una visión global y a largo plazo. El III Congreso Humanístico del mes de Julio pasado dejó sentados los lineamientos básicos del Proyecto de las Humanidades de cara al mundo contemporáneo. En esta proyección debemos situarnos, no sólo respecto a la Universidad -a la cual nos debemos-, sino también frente al país al que pertenecemos y al mundo en que nos desenvolvemos. Pero resulta en nuestro caso, que ni la Academia ni la Nación, ciñen su andar a un Plan predeterminado. Navegamos como un barco a la deriva, haciendo de la improvisación y el inmediatismo la norma y no la excepción. Desde las Humanidades hay que trabajar para dotar a la UASD de metas claras, derivadas de un Programa Estratégico de Desarrollo, abierto a un horizonte futuro. La Universidad tiene que rebasar su carácter de institución académica populista, y convertirse en la Universidad popular que el país y los nuevos tiempos reclaman a voces.
    La UASD tiene que desarrollar estrategias que le permitan afianzar su prestigio académico y moral, así como su condición de faro de luz de la Nación Dominicana. Para lograrlo, debe comenzar por esclarecerse a sí misma. Sólo después de su auto-reconocimiento, y con plena conciencia de su rol, podrá estar en capacidad de orientar. No puede trazar pautas claras ningún sujeto o entidad social que muestre incapacidad para adoptar las que necesita. Evidentemente, en la UASD tenemos un grave problema de visión, vinculado a otro no menos serio: el de nuestra misión.
    -CONVICCIÓN MISIONAL. La sociedad actual requiere de humanistas que la doten de sentido, que reflexionen acerca de sus acuciantes problemas y dejen claro cuál es el lugar del ser humano en un mundo crecientemente tecnificado, automatizado y desorientado; por su parte, las humanidades necesitan de filósofos, historiadores, antropólogos, literatos, lingüistas, psicólogos y comunicadores que la justifiquen y defiendan. Se requiere de dirigentes profundamente convencidos de que su misión conlleva inexorablemente una entrega de tiempo completo a sus quehaceres gerenciales y académicos, sin olvidarse enteramente del cultivo de los valores propios del intelecto y de la vida espiritual. En el caso del Decano, él mismo está llamado a ser modelo de sus directores, de sus profesores, etc. Deberá ser decano y estar en el decanato, en su Facultad y no simplemente un funcionario que pasa por la oficina. Deberá, asimismo, sentirse responsable de los problemas del país y de la humanidad, mostrando sensibilidad y procurando fórmulas que propendan a su resolución. Pero también, tendrá que vincular su trabajo al de toda la Universidad, colaborando con su puesta al día de frente a lo que debe ser hoy como institución pública de Altos Estudios. Ello implica mucho trabajo, gran sacrificio, un permanente compromiso; por lo que todo aquel que ostente la condición de decano estará compelido a una dedicación institucional con pleno sentido de exclusividad.
    Los conceptos aquí externados delinean una visión y misión hacia las cuales debe orientarse la Universidad Autónoma de Santo Domingo de hoy. Tales ideas y valores los encarna -en teoría y práctica-, el Profesor Rafael Morla. Y los que suscribimos el presente documento los compartimos en toda su extensión e intención.
    EL PROF. RAFAEL MORLA TIENE EL PERFIL IDÓNEO PARA DECANO:
    -Ecuanimidad y facilidad para el trabajo en equipo. Cualidades pertinentes para una Facultad que necesita relanzarse en el marco de una Academia que tendrá que asumir, sin dilación, la reconducción de su vida institucional. La actuación prudente y la no centralización en la misma persona del trabajo colectivo, propician el éxito dentro de cualquier institución.
    -Experiencia y preparación teórica. En su carrera académica, que va desde la condición de monitor hasta la posición de decano, nuestro candidato exhibe una hoja de servicio en que brillan la entrega y la lealtad a la UASD. Como Director de la Escuela de Filosofía realizó seis años de gestiones históricas: se inició entonces la época de los Congresos, de las Semanas Filosóficas, de la Revista Departamental, de los Intercambios Internacionales. En su paso por el decanato, a pesar de la crisis general e institucional, el Profesor Morla ha sabido orientar la celebración de congresos, concertar convenios y trabajos con entidades nacionales y extranjeras, propiciando en la Facultad un ambiente de respeto y trato digno al profesorado, estudiantes y empleados. A todo ello, debe sumarse el incansable afán de nuestro candidato por su cualificación profesional-académica. Muestra de esto lo constituye su graduación de Doctor en Filosofía Magna Cum Laude por la Universidad Complutense de Madrid, ejemplo vivo para sus compañeros de generación. Debe consignarse, además, el ingente empeño mostrado por el Profesor Morla en lo concerniente a la reflexión teórica y la difusión de sus ideas: ha dado a la estampa cuatro obras que enriquecen de manera significativa el acervo bibliográfico de la filosofía criolla.
    -Consagración a tiempo completo a la Universidad. Movido por el propósito de no faltar a los compromisos contraídos en la Academia, el profesor Morla ha rehusado aceptar otras labores fuera de la institución. Estar en horario corrido le ha permitido permanecer accesible a todos los servidores de la Facultad, lo mismo que cumplir a cabalidad sus deberes.
    -Amenidad en el trato y firmeza de carácter. La armonización de estas dos cualidades raramente se encuentran presente en la misma persona. Resultado de ello, es que la Facultad ha podido desarrollar sus actividades de forma satisfactoria en el trienio que recién culmina.
    Nuestro mensaje final a la Comunidad Educativa de la Facultad y a la Asamblea General Eleccionaria:
    Tenemos el compromiso de elegir -dentro del conjunto de aspirantes a dirigir la Facultad-, al que porte la visión más clara del papel de la Universidad y de una Facultad de Humanidades en los tiempos que corren; al que posea las convicciones y valores más arraigados en torno a la misión de la Universidad de cara al país y en función de la sociedad del conocimiento, que actualmente nos presenta mil desafíos; al que ostente el mejor perfil por su ecuanimidad, su prudencia, su trato ameno, su firmeza de carácter, su afán de cualificación teórico- académica; al que pueda exhibir una experiencia administrativa-gerencial probada y al que garantice, al mismo tiempo, una consagración completa a la institución.
    ¡No improvisemos al momento de escoger al decano de la Facultad de Humanidades!
    ¡No pasemos por alto los méritos acumulados al momento de su escogencia!
    ¡Ratifiquemos con nuestro voto la continuidad del Proyecto Rafael Morla al frente de nuestra Facultad!Profesores de la Escuela de FilosofíaJulio Minaya Santos
    Francisco Acosta
    Ramón Leonardo Díaz
    Andrés Merejo
    Ramón Pérez
    Diógenes Saviñón
    Edickson Minaya
    Domingo de los Santos
    Javiel Elena Morales
    Pedro María Abreu
    Lusitania Martínez
    Carlos Hernández Soto
    Yoanis Ferreira
    Tomás Novas
    Juan N. Peña M.
    Francisco Oscar Acosta Pérez
    Hidalgo Peña
    Miguel A. Pimentel
    Miguel A. Poueriet
    Daniel Vargas
    Ramón Hernández
    Ángel Moreta

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